El 11 de septiembre de 1973, Gregorio Mimica Argote, era estudiante y presidente del Centro de Alumnos de la Escuela de Ingenieros de Ejecución de la Universidad Técnica del Estado (UTE), quien decidió quedarse en el Campus junto a mil estudiantes, funcionarios y académicos por seguridad, al estar rodeados de uniformados luego del golpe militar .
Al ingreso de los efectivos del regimiento Arica de la ciudad de La Serena, al mando del Mayor Marcelo Moren Brito, Mimica fue trasladado hasta el Estadio Chile y posteriormente liberado. Al día siguiente, volvió a su hogar. En horas de la tarde una patrulla de militares lo secuestró y devolvió a las instalaciones de la UTE.
Aquí, nuevamente fue recibido por Moren Brito y su Estado Mayor, compuesto por tres tenientes y tres capitanes, entre los que se encontraban Fernando Polanco Gallardo y Freddy Tornero Deramond, únicos militares que participaron del operativo militar y que actualmente se encuentran con vida.
Tras un violento interrogatorio en el que se buscaban armas dentro de la UTE, Gregorio Mimica fue asesinado tras recibir 27 balazos y su cuerpo, llevado a un horno eléctrico que estaba ubicado en el sector de Metalúrgica para su incineración, acto que no se concretó por las características del aparato. Al final, su cuerpo fue arrojado a la calle y trasladado al Cementerio General, lugar en el que estaría desaparecido por décadas en el Patio 29.
Último Alegato
Felipe Lizama Allende, abogado y director jurídico de la Universidad de Santiago de Chile, asumió la defensa de la Corporación UTE y de la Universidad quienes se querellaron por la muerte de Mimica.
En este último alegato, la defensa del ex militar Fernando Polanco Gallardo, reconoció su participación en el homicidio calificado, solicitando la aplicación de atenuantes a fin de no ser condenado por el tiempo que la Corte de Apelaciones de San Miguel estimó – 10 años y un día-, de tal manera que pudiera cumplir su condena con un régimen de libertad vigilada intensiva.
“Para el actual Gobierno Universitario y para este director jurídico la defensa de los derechos humanos es un imperativo estricto por cumplir, que se justifica con que este abogado comparezca presencialmente en estrados instando por el rechazo del arbitrio entablado”, sostuvo el abogado, quien además es académico de Derecho Constitucional y administrativo de nuestra Facultad de Derecho.
“Como Universidad, sin prejuicio de que no tenía a mi cargo la Dirección Jurídica ni la Jefatura de Litigios al momento de darse los hechos, ya que sin dudas hubiéramos instado por otros recursos y eventualmente penas más altas, nos hicimos cargo de solicitar el rechazo de este recurso, porque existen antecedentes suficientes de condena y es absolutamente incomprensible e inaceptable que un hecho de máxima gravedad quede exento de toda responsabilidad criminal”, enfatizó el abogado.
Asimismo, Lizama agregó que si bien este homicidio ocurrió hace casi 50 años, nada justifica, ni exime que se aplique cualquier norma de prescripción ni atenuantes como la que se pretendió alegar con arreglo a otras disposiciones que no fueron parte del recurso.
De ser rechazado el recurso deducido por la Segunda Sala en lo Penal de la Corte Suprema, vendría la resolución que dicte el cúmplase respecto a la sentencia y el militar condenado cumpla prisión en el lapso del tiempo que la Corte determine, entre 8 y 10 años, sin beneficios.
“Creemos francamente que los recursos serán desestimados, por lo tanto, al menos el militar que hoy día recurrió va a cumplir pena privativa de libertad”, sostuvo Lizama.
En el caso del otro militar inculpado en la causa, Freddy Tornero Deramond, quien no recurrió, la Corte podría, hipotéticamente si conoce de oficio, dejarla eventualmente sin efecto o derechamente aumentar la punibilidad.
Compañeros por siempre
A la Corte Suprema asistió el presidente de la Corporación Solidaria UTE-Usach y ex estudiante de nuestra Universidad, Emilio Daroch Fernández, quien se mostró emocionado por esta instancia judicial del caso.
“Estamos terminando una larga etapa de 50 años de búsqueda, de saber qué sucedió con Gregorio Mimica, conocer los acontecimientos posteriores a su muerte, estar presente en los diferentes momentos del juicio, en la reconstitución de escena de su crimen, haber escuchado la sentencia de la ministra Cifuentes, y hoy llegar a los alegatos finales; es algo muy importante para nosotros como Corporación”, aseguró.
Daroch, explicó que ha sido una ardua tarea de años y décadas por tratar de tener justicia y conocer la verdad de este y muchos otros delitos de lesa humanidad sucedidos en la Universidad Técnica del Estado.
“Sabemos que algunos de los culpables se fueron sin ser castigados, pero por lo menos esta sentencia va a reflejar lo que debe ser, que es ir a la cárcel. Nosotros solo buscamos una condena, que se haga justicia, si es menos de lo que debería, bueno, esta es la justicia chilena, pero queremos que sientan el peso de ser condenados por el crimen alevoso que cometieron”, concluyó el dirigente.
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